miércoles, 5 de septiembre de 2007

Las Nadies*

Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan las nadies con salir de pobres,

¡¡que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte!!,
¡¡que llueva a cántaros la buena suerte!!;


pero la buena suerte no llueve ayer,
ni hoy, ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que las nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.

Las nadies:
las hijas de nadie, las dueñas de nada.

Las nadies:
las ningunas, las ninguneadas,
corriendo la liebre,

muriendo la vida,

jodidas, rejodidas:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Las nadies,
que cuestan menos que la bala que las mata.


*Adaptación libre del microcuento de Galeano "Los Nadies", que seguramente escribió pensando en las miles de nadies que nadie nombra, y quién sabe por qué razón él tampoco. Por eso y para hacerle justicia: "Las Nadies"...

1 comentario:

David Maturana Céspedes dijo...

Democracia (del griego, demos, ‘pueblo’ y kratein, ‘gobernar’), sistema político por el que el pueblo de un Estado ejerce su soberanía mediante cualquier forma de gobierno que haya decidido establecer. En las democracias modernas, la autoridad suprema la ejercen en su mayor parte los representantes elegidos por sufragio popular en reconocimiento de la soberanía nacional. Dichos representantes pueden ser sustituidos por el electorado de acuerdo con los procedimientos legales de destitución y referéndum y son, al menos en principio, responsables de su gestión de los asuntos públicos ante el electorado. En muchos sistemas democráticos, éste elige tanto al jefe del poder ejecutivo como al cuerpo responsable del legislativo. En las monarquías constitucionales típicas, como puede ser el caso de Gran Bretaña, España y Noruega, sólo se eligen a los parlamentarios, de cuyas filas saldrá el primer ministro, quien a su vez nombrará un gabinete.
La esencia del sistema democrático supone, pues, la participación de la población en el nombramiento de representantes para el ejercicio de los poderes ejecutivo y legislativo del Estado, independientemente de que éste se rija por un régimen monárquico o republicano.

Deseable es la igualdad de condiciones para ser electos, condición que nuestro sistema carece y fortalece la oligarquía representada por las dos fuerzas políticas. (Concertación y alianza) Veremos que pasará con :

La inscripción automática y voto voluntario puede incrementar en más de 4 millones el universo electoral.
La nueva normativa se discute actualmente en el Senado y sería prioridad para las municipales de año 2012 y si finalmente estos nuevos votantes ayudarían a ejercer los cambios, no solo en la política, si no que también cambio en los rostros, o la clase política dominante los capturará.